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lunes, 28 de noviembre de 2011

La nueva asesora de Dennis

A esa misma hora, en otro lugar de Vigo:

Carlos se ríe mientras habla con Raquel, están abrazados en un banco, ajenos a lo que los rodea.
- Míralos, que bonito - dice Olivia.
- Sí, y yo, bueno, Olivia no es que no me gustes - le dice Dennis - pero me gusta otra. Quizá en otro momento…
- Ya, te gusta África, ¿te crees que soy tonta? Yo solo he venido por Raquel.
- Ah, vale, ¿y como sabes eso? - dice Dennis, un poco cabreado ya de que todo el mundo se lo note.
- Una chica, observadora como yo, se da cuenta de esas cosas.
- ¿Qué? No me vaciles.
- No te vacilo, además, yo encantada de que intentas salir con África. Eres un buen tipo.
- Pero África está con Dani.
- Y Dani es un capullo, tarde o temprano se dará cuenta. Y quizá sea temprano cuando, bueno, intentes algo.
- ¿Y qué quieres que haga?
- No sé, ligar y esas cosas, lo que hacéis los chicos cuando intentáis pillar con alguien. Mensajitos sin venir a cuento, palabras cariñosas, abracitos… Esas mariconadas que a las tías tanto nos gustan.
- Vale, creo que a partir de ahora serás mi asesora.
- Sería lo más lógico, porque te veo poco espabilado.
- No te pases. Si quiero te puedo tener comiendo de la palma de mi mano.
Olivia suelta una sonora carcajada, con la que Dennis no sabe si enfadarse o reírse también. Al final opta por lo segundo y se ríe con ella. Y se da de cuenta, de que así, de repente, acaba de ganarse a una muy buena amiga.
- Bueno, quizá exagere un poco.
- Pero solo un poco ¿eh? - dice Olivia sarcástica.

Entrenamiento y... ¿dudas?

Ya son las seis de la tarde, y África se prepara para ir a entrenar. Se puede decir que ama el baloncesto. Le apasiona botar la pelota de manera, aun que no lo parezca, totalmente racional, pensando cada sube y baja de la pelota, dispuesta en cualquier momento a hacer el siguiente movimiento.
Coge la bolsa de deporte, se la cuelga al hombro y sale por la puerta. Ha dejado de llover, pero la calle aún está mojada. Por lo que va por la acera pisoteando los pequeños charcos que se formaron. Camina con lentitud, pensando un poco en su conversación con Dennis por la mañana en el instituto. Aún no se cree que le haya propuesto que le de clases de matemáticas. Aun que en el fondo, por mucho que haga callar esa pequeña vocecita que le dice a todo momento la realidad, sabe que lo que quiere es conocer mejor a Dennis y pasar más tiempo con él. Como amigos. ¿Cómo amigos? Claro, ella está con Dani, no hay ninguna duda de lo único que busca es amistad. Aun que es tan guapo…
Un pitido que proviene del móvil la devuelve a la realidad, es un mensaje de Dani, le dice que la irá a buscar después del entrenamiento para pasar un rato juntos. Y que la quiere mucho, muchísimo.
África lee el mensaje y una pequeña sonrisa se le dibuja en la cara, y de repente, toda duda antes formulada se desvanece de su cabeza. Está enamorada, locamente enamorada.
Entra en el pabellón y se dirige al vestuario, donde muchas de sus compañeras ya se están preparando para entrenar, ella entra, las saluda cariñosamente y se cambia. Poco a poco van llegando todas las chicas, y en cuanto llega el entrenador todas salen al pabellón. Comienzan con un calentamiento y unos estiramientos. El entrenador las manda correr a todas, menos a África que la llama para que se acerque a junto de él.
- ¿Dónde está Olivia? - le pregunta preocupado, al ver que esta no se presentó al entrenamiento.
- Pues debe de estar enferma, no ha venido a clase tampoco. Pero no lo sé, no he hablado con ella en todo el día. Mejor le preguntas tu cuando venga - África da una descripción vaga, porque tampoco había pensado en que decirle al entrenador.
- Vale, venga, ponte a correr.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Segundo encuentro.

- Dennis eres mi ídolo.
- Carlos, y tu un idiota.
- Te lo digo en serio, a ver, se que te gusta la África esa, así que yo me puedo quedar con las dos amigas, gracias tío.
- A mi no me…
Pero Carlos ya entró en clase y no lo está escuchando. Y aun que lo hubiera escuchado no le haría caso, conoce demasiado bien a Dennis para saber quien le gusta y quien no.

Y la mañana pasa así, sin demasiados incidentes. Aburrida y pesada, como de costumbre un lunes. Excepto por un detalle. África intenta concentrarse en la clase, pero no se quita a Dennis de la cabeza. No lo entiende, ella está enamorada de Dani, vale, sí, es un poquito capullo, pero ella se siente bien con él. La entiende y la quiere, de eso  no hay duda. ¿O sí las hay? O lo que es peor, ¿tiene ella dudas de lo que siente? Desde que está con Dani, siempre tiene peleas en casa, de si, ese chico es mala influencia, de si no te conviene, por que anda con gente que esto y que lo otro. Pero sus padres no lo conocen, él es buena persona, Y aún peor, tiene peleas con él, porque aun que la quiera, es demasiado celoso,  y a veces eso cansa, pero no pude evitar seguir queriendo estar con él… Pero ahora mismo, no es capaz de encontrar el porqué quiere estar con él.
África se está agobiando un poco. Y le pide al profesor si puede salir un momento, este le deja sin objeciones y África sale de clase.
Pero en el pasillo, de todas las personas del mundo, justamente se lo encuentra a él. Dennis está saliendo de clase y no la ve. Pero ella, sin dudarlo, se acerca a él.
- Hola - dice detrás de él, sobresaltándolo nuevamente.
- ¡Joder! Ah, hola, eres tu.

- Sí, soy yo, parece que te asusta mi cara - dice África fingiendo, muy mal, una cara de tristeza.
- ¿Qué? No, solo que te me acercas por detrás, y yo, en fin, da igual.
- Vale, la próxima vez no lo haré. Bueno, ¿y qué haces saliendo de clase?
- Pues nada, que me estaba quedando un poco dormido y necesitaba despejarme un poco, y tu ¿qué?
- Nada lo mismo, parece que nos compaginamos - le dice ella, con una sonrisa un poco tímida en la cara.
- Sí, será eso.
- Oye, ya sé que no nos conocemos de nada, pero en fin, estaba en clase de mates, y no sé, se me dio por pensar, que quizás, y si no quieres lo entiendo…
- ¿Tu siempre das tantos rodeos hablando? - le dice divertido, recordando su primera conversación.
- No calla, es que me da vergüenza.
- Tranquila mujer, no muerdo.
- Bueno, déjame acabar - lo mira seriamente, pero a la vez divertida - ¿se te dan bien las mates?
- Pues, sí la verdad.
- Bueno, ¿y querrías ayudarme en alguna cosilla? No me entero de mucho este año.
- ¿Era eso? Pues claro, cuando quieras.
- ¡Ay!, muchísimas gracias - y sin pensárselo le da un abrazo, a Dennis lo coge desprevenido, pero sin dudarlo también la abraza.
- Bueno, perdona, es que yo soy así de cariñosa con la gente que me cae bien.
- Oye, pues gracias - le dice - y una preguntita, no quiero meterme donde no me llaman, pero tu estás con Daniel ¿no?
- Sí, ¿por?
- Bueno - “aparte de que es un capullo” piensa - ¿por qué no le pides ayuda a él?
- Porque está repitiendo, así que dudo que me ayude en algo.
- Ah vale, bueno, pues cuando quieras, me llamas o algo.
- No tengo tu número.
- Ah, vale, bueno, pues te lo doy - África le deja el móvil y este le guarda su número en la agenda - vale, y gracias otra vez, pero mejor me voy ya para clase.
- Sí, yo también.
Dennis entra en clase con el corazón a mil por hora. África le acaba de pedir que le de clases de matemáticas. Es irreal.


Primeras palabras.

¿Qué? África se está acercando a su banco, y lo está mirando, hay Dios, ¿qué pasa? Se habrá fijado en alguno de sus amigos, seguro, alguien como ella no querría hablar con alguien como él, ella es demasiado perfecta…
- Hola, Dennis, ¿verdad?
- Eh, si hola - debe de estar rojo como un tomate.
- Mira, te querría preguntar, si querrías salir, bueno, no conmigo ¿eh?, con una de mis amigas. Y si tu amigo Carlos también se apunta para con la otra, sería estupendo; ya lo sé, suena raro, pero es que, bueno, Dios que vergüenza, no paran de hablar de vosotros y en fin, eso, ¿quieres?
Carlos, que no pudo evitar oírlo todo, se apunta rápidamente a la conversación.
- Pues claro que queremos, están buenas, ¿a que sí Dennis?
- Si, bueno… - Dennis piensa que no están mal, pero él solo quiere a una.
- Que si, que si, que salimos con ellas, ¿cuándo, dónde…?
- Pues no sé, mejor acercaros vosotros y hablar con ellas, estamos en el banco de enfrente.
- Venga, Dennis, muévete, que vamos a ligar.
- Si, si …
Los tres se acercan al banco, Carlos entusiasmado y con el ego por las nubes; Dennis un poco más triste, porque él no tiene muchas ganas del plan, pero no le queda más remedio por Carlos.

- Hola, guapas, aquí vuestra amiga nos ha dicho una cosa muy interesante - Empieza Carlos.
- ¿A si? ¿Y de qué se trata? - contesta Olivia.
- Pues no sé, que tu cara bonita quiere quedar conmigo.
- Carlos tío, lo tuyo es entrar a saco ¿no?
- La verdad es que este chico no se corta un pelo - dice África detrás de Dennis, sobresaltándolo - Perdón, no quería asustarte.
- No, tranquila, si no me has asustado - “Bien Dennis, por una vez que hablas con ella y haces el tonto” piensa - Bueno chicas, ¿qué os parece si esta tarde os pasáis por la Plaza de la Estrella? Solemos ir allí a patinar. Luego podemos ir a tomar algo juntos y eso. - Dice Dennis, que quiere acabar rápido la conversación.
- Vale, nos pasamos por allí esta misma tarde - dice Olivia.
- Tía, esta tarde tenemos entrenamiento.
- Bueno, le dices al entrenador que estoy enferma y listo.
- Jo, tía, vale.
- ¿Qué entrenas? - pregunta Dennis, automáticamente.
- Eh, pues entrenamos baloncesto, ¿te gusta?
- Sí, es un deporte bonito - “y más bonito debe de ser verte a ti jugar” querría añadir - estaría bien ir a verte un día.
- Este sábado juego, ya que mi novio no quiere ir, estaría bien que te pasaras tu por Olivia, ¿no?
- Eh, si claro, por Olivia.
- Bueno chicas - interviene Carlos - esta tarde entonces.
Toca el timbre, y se van a sus respectivas clases.
- Tía - le dice Olivia a África - a Dennis le gustas, fijo.
- ¿Qué dices? Además, estoy con Dani.
- Pues déjalo y vete con Dennis, que Daniel es un capullo.
- Tía, no es un capullo.
- El amor, que ciego es.
Y con esta última frase, se meten en clase de matemáticas. Una hora bastante amena, por lo menos para Olivia, que se le dan bien, para África ya es más pesado, no es demasiado buena, aun que tampoco mala.

“Quizá pueda pedirle ayuda a Dennis, creo que está en segundo de bachillerato” piensa África. Aun que al segundo lo descarta, al pensar en Dani, y no sabe exactamente el porqué de su reacción ante la idea. Total, no sabe nada de Dennis, y obviamente no le gusta…

sábado, 19 de noviembre de 2011

El novio de África, Daniel

En otro sitio, en el mismo recreo, África está con Daniel:

- Cielo, vendrás a verme jugar este sábado ¿no? - le pregunta África, con cara de inocente a su novio.
- Pues no lo sé, ¿a qué hora es el partido? - Daniel no le está haciendo demasiado caso.
- Es a las diez de la mañana, en el pabellón donde entreno, ya sabes, por favor, vente, es un partido importante.
- Pues no sé tu, pero yo tengo vida social y saldré el viernes por la noche, tengo mejores cosas que hacer, como dormir, que ir a verte a un partido de los tuyos.
- Pues podías venir, es importante, pero en fin… - África se está cabreando, nunca le pide nada, y para algo que le pide, ni el esfuerzo hace.
- Venga, mi amor, sabes que te quiero, pero compréndeme, me apetece mucho salir, que sale mucha gente conocida, y mis amigos.
- Sí, tus amigos, y tus amigas ¿no? Nunca haces nada por mí, tampoco te pido tanto.
- Venga, no seas así, yo solo tengo ojos para ti.
Y solo con esta frase, África no se puede resistir y lo perdona, total, solo es un partido, ya vendrán más.
- Pero prométeme que vendrás a verme algún día, por fa.
- Sí, no seas pesada.
Y así se pasan todo el recreo, hablando de esto y de lo otro, él sin hacerle mucho caso, ella tonta y enamorada.
- Bueno, me piro de clase a fumar, que me estoy aburriendo.
- Pero Dani… quédate hasta el final del recreo conmigo y te vas después por fa, que casi no estamos juntos.
- Que no, que me aburro, ya te llamaré después, chao - le da un beso rápido en los labios y se va, dejándola sola.
África se acerca al banco donde está Olivia, está hablando con Raquel, una compañera de clase que tienen en común. Están hablando de un chico, un tal Dennis, que las tiene a todas locas. No sé que le verán, Dani es muchísimo mejor.
- Hola, ¿qué hacéis?
- Pues qué vamos a hacer - le contesta Olivia - hablar del cachondo de turno. Dios mío, es que mira como viste, que culo tan perfecto que guapo es…
- Ya, es que es la perfección en persona - le contesta Raquel - y su amigo Carlos no está nada mal, podríamos decirle de hacer una cita doble ¿no?
- Vosotras soñáis demasiado - África suelta una carcajada - aun que si queréis yo se lo propongo.
- ¡Tía, no! Que vergüenza…
- Venga, va, yo me acerco y le pregunto, seguro que quiere.

Dennís

Veinte minutos antes de que África cogiera el bus y en otro punto de la ciudad:

Carlos llega al piso de Dennis y lo llama por el telefonillo:
- ¿Quién es? - dice un Dennis todavía dormido.
- ¿Quién va a ser? Soy Carlos, espabila y baja, que llegamos tarde.
- Ah, sí, ya voy, cojo la tabla y bajo.
Dennis busca la tabla de skate por todas partes pero no la encuentra, hasta que mira que uno de los extremos sale por debajo de la cama, la coge a toda la prisa y sale de casa. Baja por las escaleras, odia tener que esperar por el ascensor, y también porque solo vive en un tercero.
Al bajar mira a Carlos, que lo está esperando, con su tabla encima de la cabeza para no mojarse.
- Hola tío, mira que tardas ¿eh?
- Tío no ralles que es muy temprano, vámonos.
Con las tablas encima de la cabeza para  no mojarse mucho corren hacia el instituto, esquivando a los transeúntes de las calles de Vigo, hasta que llegan al portal del instituto y entran. Allí se reúnen con los demás del grupo y charlan animadamente, de esto y de lo otro, haciendo planes para la tarde.
Cuando toca el timbre, Dennis se dirige a su clase, de segundo de bachillerato, y la ve por el pasillo, dirigiéndose a su clase. Solo sabe que se llama África, que llegó este año al instituto y está en un curso menos y que es preciosa. ¡Ah! Y que tiene novio, el idiota de Daniel, menudo imbécil, no se como puede estar con semejante capu…
- ¡Dennis! Espabila ostia.
- Joder Carlos, que susto.
- Tira para clase, y despierta, que son horas.
- Yo haría caso del consejo de su amigo, señor Álvarez - dice el profesor de química a sus espaldas - y ahora, si me hacen el honor, pasen a mi clase.
Los dos chicos no dicen nada y se sientan al fondo de la clase. Les espera una clase larga y pesada, ya a primera hora de la mañana.
Pero Dennis se pasa las clases pensando en ella, en ese pelo color arena, largo y liso, perfecto, que ella tiene. Esa boca pequeña y carnosa, que le dibuja una sonrisa perfecta en la cara, a su preciosa cara…
Toca el timbre y Dennis despierta de sus cavilaciones. Recoge las cosas y se va con Carlos a junto el resto de amigos que los esperan en el recreo. Se sientan en un banco dentro del instituto. Y hablan de sus cosas, nada especial. Es lunes por la mañana y nadie tiene muchas ganas de hablar, y solo llevan dos horas de clase.

África

Era por la mañana temprano, África se levantaba para otro largo día de instituto. Vistiéndose unos vaqueros ajustados y una sudadera calentita para protegerse del frío invierno de Galicia.
África, con pasos lentos, se acerca a la ventana y mira a través de ella. “Otro día de lluvia” Piensa.
Pero es inevitable que en plena ciudad de Vigo no llueva a diario en la estación fría del año.
Se peina el largo cabello rubio arena, que está lleno de nudos. Se lo recoge en un moño “casual” y coge sus cosas.
- Buenos días cariño - le dice su madre.
- Hola, mamá - África se acerca a su madre y le da un beso fugaz, se viste el abrigo y sale por la puerta.
- África, ¿ya te vas? Desayuna algo antes - dice su padre, que acaba de levantarse también.
- No tengo tiempo, llego tarde al autobús, ya comeré algo por el camino - y antes de que pudieran contestarle, África cierra la puerta y corre hacia la parada del autobús para mojarse lo mínimo.
Cuando está llegando a la parda del bus, África mira una mano que se menea sin parar, es de su amiga Olivia, que la saluda enérgicamente.
- ¡África, tía, cada día llegas más tarde!
- Joder, lo siento, se me pegaron las sábanas.
- Ya como todas las mañanas ¿no?
Olivia es de esa clase de amigas que no se callan nunca, una cotorra, y que si te tiene que decir algo a la cara te lo dirá sin dudarlo; pero a la vez sabe escuchar y aconsejar muy bien. Desde luego a África la tiene sacado de muchos líos. Olivia es baja, no como África, que es alta y esbelta. Pero Olivia tiene esa cara perfecta que solo encuentras en los catálogos de moda en las modelos que aparecen ella. La diferencia es que Olivia no necesita retoques, digamos que es una belleza natural.
Esperando al bus cotorrean de esto y de lo otro, como si llevaran días sin verse, aun que se pasen el día hablando, gracias a los chats que te puedes descargar gratuitamente al móvil.
Y así, hablando de esto y de lo otro llega el autobús.